Logorama es un corto de animación francés creado el año 2009 por François Alaux, Hervé de Crecy y Ludovic Houplain. En poco tiempo se ha convertido en un
referente ganando varios premios entre los que destacan el Premio Kodak en el
Festival de Cine de Cannes del 2009, y el Óscar al mejor cortometraje animado
en los Premios Óscar de 2009.
Todos los personajes de este corto, así como sus paisajes y edificios son
representados por logos, de ahí el nombre de logorama, y narran una trama
totalmente seguible aunque no haya ningún elemento “real” en toda la animación. Lo que más sorprende una vez metido en el visionado, es la capacidad que
uno tiene para reconocer todos o casi todos los logos que van apareciendo. Se
debe tener en cuenta que la producción narra unos hechos que ocurren en la
ciudad de Los Ángeles, y como tal hace alusión a los logos de Estados Unidos,
resultando traumático que sean los mismos que aquí. Es una clara demostración de
la globalización que ha adquirido el planeta durante estas dos últimas décadas,
aunque no voy a entrar al trapo porque este tema da para un debate mucho más
amplio.
¿Entonces deberíamos felicitar a aquellos diseñadores gráficos a quienes encargaron el desarrollo de las imágenes corporativas que aparecen en el film? Ciertamente sí, pues somos capaces de reconocer sus logos, aunque sean de marcas que jamás hayamos comprado o que jamás vayamos a comprar. Quien a estas no esté de acuerdo con esta afirmación, al vídeo le remito. Por lo tanto debemos aplaudir su trabajo, ya que han cumplido el cometido de crear una grafía que se asocie a la marca.
Si estiramos un poco el chicle, podríamos llegar a decir que el objetivo de
un buen creador de logos es que su obra acabe en Logorama, ya que querría decir
que ha triunfado y que la gente lo reconoce. También me gustaría decir, que no
sé hasta qué punto los logos actuales “nos gustan” por cómo son o a base de
repetición. He estado observando (y no hace falta ser muy avezado para llegar a
conclusiones) que cada vez los logos están presentes en nuestra sociedad.
Casualidad será que McDonald’s, Starbucks o Apple tengan sucursales en cada
esquina de la ciudad. Además hacen todo lo posible para que su logo tenga la
máxima presencia. Por ejemplo siguiendo con el ejemplo anterior, Starbucks
vende sus café para llevar con el logo estampado en los vasos, lo que hace que
su consumidor sea un “hombre anuncio” allá donde vaya. Lo mismo pasa con los
usuarios de IPhone, que tienen detrás de su dispositivo la famosa manzanita. No
obstante, este hombre anuncio no se siente ofendido, más bien al contrario, se
siente orgulloso de anunciar que utiliza IPhone o que es un habitual de
Starbucks.
Lo que quiero decir con este artículo es que sufrimos un bombardeo de logos,
que arrecia día a día y que hace que los vayamos asimilando más y mejor, lo que
nos lleva a un mayor reconocimiento de las marcas y nos demuestra la
importancia que tiene el branding de las principales empresas en nuestros días.
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